10 de mayo de 2022



Qué tomar en cuenta en edificios para un regreso al trabajo seguro

Tras dos años de pandemia y de trabajo remoto, recientemente, diferentes corporativos en el país anunciaron el regreso a labores presenciales de al menos una parte de sus colaboradores; la mayoría de ellos bajo estrictas normas de sanidad. Sin embargo, una encuesta realizada por expertos en recursos humanos reveló que hasta el 42 por ciento de los participantes cree que las medidas de seguridad e higiene en sus empresas son poco confiables, incluso, un 31 por ciento dijo no sentirse seguro pues consideró que no existen buenas condiciones para un retorno al trabajo presencial.

En este contexto, se vuelven fundamentales las acciones que toman los líderes de las organizaciones para propiciar un sano retorno a la normalidad desde la gestión de los recursos humanos. Asimismo, se hace crítica la labor de los administradores de los edificios que alojan a estos grandes corporativos, quienes deben dotar al recinto de las herramientas necesarias para salvaguardar la seguridad de sus visitantes. En conjunto, ambos aspectos impulsan las funciones cognitivas de los colaboradores, al tiempo que velan por su salud y evitan mayores contagios.

En el mismo sentido, Schneider Electric hace un recorrido por cinco elementos fundamentales que impactan en la salud y confort de los trabajadores mismos que, tanto líderes de recursos humanos como administradores de edificios, deben de tomar en cuenta para un gestionar un regreso al trabajo seguro, ordenado, satisfactorio y con miras a impulsar la productividad:

Niveles de CO2: los niveles más altos provocan somnolencia, falta de concentración e incluso dolores de cabeza en los colaboradores, para evitarlo, el control de la ventilación y el aire acondicionado es fundamental.

Temperatura: las temperaturas fuera de los niveles óptimos pueden afectar el funcionamiento cognitivo, estos niveles pueden variar entre individuos, pero pueden confundirse con síntomas de Covid-19.

Humedad: combinada con la temperatura, la humedad puede afectar la cognición y el rendimiento. Además, el aire demasiado seco puede aumentar el riesgo de transmisión de enfermedades y causar problemas a las personas con afecciones respiratorias.

Ruido: si bien los umbrales aceptables pueden variar de persona a persona, los ruidos más allá de ciertas frecuencias pueden desencadenar reflejos de lucha o huida que conducen a la liberación de la hormona del estrés cortisol, el cual se mantuvo en estándares altos durante el confinamiento.

Iluminación: el deslumbramiento y la fatiga visual resultante son problemas de salud evidentes relacionados con la iluminación. Pero también hay información referente a la relación entre la calidad de la luz, incluido su color y temperatura y su posible efecto en los ciclos naturales de sueño/vigilia, así como en la baja de defensas contra enfermedades.

“El monitoreo y evaluación exhaustiva de la infraestructura y las medidas de sanidad que otorgan los edificios es clave para la adaptación a la nueva normalidad; la buena noticia es que en el mercado ya existe una gran disponibilidad de plataformas que utilizan el internet de las cosas para la recopilación de datos críticos que permiten la construcción de un entorno más saludable dentro de estos edificios del futuro. Los datos recopilados permiten el análisis y, dada la plataforma adecuada, brindan información procesable para impulsar la salud y el bienestar continuos de los ocupantes”, comenta Arturo Granados, director de Digital Energy de Schneider Electric para México y Centroamérica.

De acuerdo con Schneider Electric, el 80 por ciento de las empresas alrededor del mundo ya están creando iniciativas de construcción saludables para dar forma a sus estrategias inmobiliarias en la nueva normalidad, para lo cual factores como el monitoreo remoto habilitado y el uso del internet de las cosas, brindará la información necesaria para mejorar el rendimiento de los edificios y así como la productividad. Por lo tanto, a medida que aumenta la ocupación, los edificios equipados con sistemas monitoreados de forma remota, estarán en una mejor posición para administrar el número de personas que hay en las oficinas y espacios compartidos y evitar exceder los límites de capacidad.

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