19 de mayo de 2021



TDAH, uno de los principales problemas de salud mental entre la población infantil

El TDAH, por sus siglas, es una alteración neuro cerebral que produce dificultad para mantener la atención y conducta en niveles funcionales que complican la calidad de vida de una persona. El trastorno por déficit de atención e hiperactividad a menudo comienza en la niñez, sin embargo, puede continuar hasta la adultez y se diagnostica más a menudo en niños que en niñas.

De acuerdo a diversos estudios, se ha encontrado que existen diferencias notables entre los cerebros de personas diagnosticadas con TDAH y personas sanas; dichas diferencias se encuentran en diversas zonas como el cerebelo y la corteza prefrontal, por mencionar sólo algunas.

Los principales síntomas que presentan los niños con TDAH se reducen a tres:

• La inatención: es muy complicado que el niño se mantenga atento a una sola cosa por mucho tiempo.
• La impulsividad: El niño no logra frenar o inhibir sus comportamientos.
• Hiperactividad: El niño responde a cualquier estímulo con movimientos bruscos y rápidos todo el tiempo.

Para que se pueda diagnosticar correctamente si un niño tiene TDAH se deben cumplir varios criterios específicos como pueden ser:

A) Que su comportamiento afecte a más de un entorno social (escuela, familia, amigos, etc.).
B) Que este comportamiento sea antes de los 12 años de edad.
C) Que, en comparación con otros niños, sus síntomas sean excesivos.
D) Que este comportamiento dure más de 6 meses.
E) Que existan pruebas claras de deterioro (que el niño empeore cada vez).
F) Que no exista razón por la que el niño tenga ese comportamiento.

En México se estima que un 8% de la población infantil padece de TDAH, mientras que en los adultos oscila entre un 2 y 3%; cabe mencionar que la hiperactividad es más común en los niños y en las niñas predomina la inatención.

Es importante mencionar que el TDAH no diagnosticado o mal tratado, puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de otros trastornos, así como adicciones y problemas serios de aprendizaje. Diversos autores consideran que existen dos tipos distintos de TDAH basados en personas con dos o más trastornos o enfermedades:

1) TDAH Agresivo: con trastornos de conducta y comportamientos disociales
2) TDAH Ansioso: Con trastornos de ansiedad y la depresión

Los padecimientos más comunes que se pueden presentar con el TDAH son varios: el Trastorno Negativista Desafiante, el Trastorno de Ansiedad, el Trastorno de conducta y Trastornos afectivos, así como tics.

El TDAH puede tener serias repercusiones psicosociales en la persona que lo padece si se ignora; algunas de estas pueden ser: la baja autoestima, bajo desempeño escolar y laboral, dislexia, problemas para reconocer, comprender y reproducir la escritura, deterioro en la noción del tiempo, insomnio o interrupción del sueño, poca tolerancia a la frustración y violencia.

Para tratar el TDAH es recomendable un tratamiento multimodal: con terapias psicológicas, tratamientos farmacológicos, psicoeducación para los padres y capacitación docente que ayude a la familia a sobrellevar y comprender mejor este trastorno, ya que permanece a lo largo de la vida.

Es indudable que debido al momento que estamos viviendo, es muy importante fortalecer las habilidades socioemocionales en los niños y jóvenes en esta etapa de por sí difícil por naturaleza. Por ello, se hace necesario intervenir y detectar estos casos para encaminar conductas y crear relaciones libres de violencia y adicciones en el futuro.

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